*Este 31 de Octubre se conmemoran 491 años desde la publicación de las 95 tesis del monje agustino Martín Lutero, lo que dio inicio a la Reforma dentro de la Iglesia Católica y que, en definitiva, significó el comienzo de las denominadas Iglesias Protestantes, en cuyo homenaje se declaró festivo ese día recientemente.
La Iglesia Católica durante la Edad Media fue un elemento unificador en el Viejo Continente, a pesar de que no se libró de los vicios del feudalismo, siendo la mayor expresión de éste la llamada Investidura Laica, la que se inició con Otón III, en el contexto del Sacro Imperio Romano Germano, nombrando a su primo que pasó a llamarse Gregorio V en el 995 y llegó a su fin con el Papa Nicolás II,quien mediante la bula, en el año 1059,in Nomine Domine entrega la elección de Papa al Colegio de Cardenales, institución que hasta el día de hoy se encarga de esa labor.
Durante la “Época Moderna”, período histórico que va desde la caída de Constantinopla en el año 1453 hasta la Revolución Francesa en 1789, la Iglesia continuó con ese carácter, pero una serie de hechos cambiarían radicalmente el escenario ya descrito. Una serie de causas provocarían la Reforma, etapa en la cual los propios miembros del clero criticaron el actuar de la Iglesia en el día a día.
Los antecedentes de la Reforma
Durante el feudalismo, la Iglesia se alejó totalmente de su quehacer estrictamente espiritual y empezó a incursionar en otras àreas, como por ejemplo la política. Con la donación de tierras que recibió el Papado en el año 754,de parte de los Reyes Merovingios, La veta política de la Iglesia se desarrolló a partir de ese momento, lo que explicaría el Cisma de Aviñon.Durante el siglo XIV la monarquía francesa, producto de que era una de las que más aportaban al erario eclesiástico, decidió trasladar al Papado desde Roma a la ciudad de Aviñon,allì el pontífice fue fuertemente presionado por las autoridades ya citadas y dado a lo anterior en Roma, Italia, se procedió a votar por un nuevo Papa. Las dos máximas cabezas de la Iglesia se excomulgaron mutuamente, generando así un ambiente de decadencia espiritual e inestabilidad política, dos factores que minaban el poder de esa institución en la Europa de aquellos años. A esto debemos sumar la profunda crisis moral y el gran poder que había alcanzado la Iglesia en esos años.
El doble rol del Papa y la Iglesia Catòlica, los que, si bien, eran elementos de unidad dentro de Europa, al mismo tiempo, era un mecanismo para que los reinos mantuvieran su lealtad con el Sacro Imperio. Esto, como era de esperar, provocó que los reinos y, por cierto, las iglesias locales desearan la autonomía, lo que con la aparición de Lutero se transformaría en la oportunidad para lograr ese ansiado sueño.
Estalla la reforma
Un elemento determinante en el estallido de la reforma fue la venta de las indulgencias, documentos en los cuales se establecía el perdón divino de los pecados y que permitía llegar al paraíso y no al infierno.
A comienzos del siglo XVI el Papa León X comenzó una masiva venta de indulgencias con el objeto de solventar la construcción del Vaticano, las que, incluso, fueron entregadas en concesión a diversos bancos, siendo los más beneficiados los de Alemania, los que transaban las indulgencias como “verdaderas parcelas en el paraíso”. Esta acción contó con el rechazo absoluto de la gran mayoría de las órdenes religiosas, siendo los agustinos los que encabezaron la oposición de la secularización, por decirlo de alguna manera, de ese instrumento sagrado.
Dos fueron los precursores de este movimiento d e cambio dentro de la Iglesia. El primero de ellos fue el profesor Inglés John Waycliffe, docente de la Universidad de Cambrigde, èste se opuso a las prácticas y dogmas de imperaban en la Iglesia.Traduciò la biblia al inglés y traducía a esa lengua la biblia. Fue perseguido por la Inquisiciòn, mas fue protegido por la Iglesias locales. Juan Huss fue el otro, el cual rechazó la autoridad universal de la Iglesia y es precisamente por ese planteamiento que muere en la hoguera en 1415.
Lutero
El 31 de Octubre de 1517 Martín Lutero, sacerdote agustino, publica en las puertas de la iglesia del Castillo de Wittemberg, en Alemania, 95 tesis llamando al debate ciudadano. A juicio de Lutero, la Iglesia no aseguraba la salvación, pues las obras nada dicen de su fe. Por eso el “hombre solamente se salva a través de su fe”. Cabe señalar que Lutero solamente reconocía el bautismo y la eucaristía. Logró generar debate y fue invitado para debatir y explicar sus ideas, incluso radicalizó su postura negando la autoridad del Papa y de los concilios. A este hecho se le conoce como “Las Controversias de Leipzig”, las que acontecieron en 1519.Al año siguiente, en 1520, fue excomulgado.
El emperador Carlos V intervino en el asunto convocando a una Dieta en Worms en 1521.En la ocasión, Lutero fue invitado a retractarse, pero como no lo hizo fue condenado por hereje, pero los príncipes alemanes lo protegieron. Carlos V convocó en 1526 a una Dieta en Spira, en donde le entregó la posibilidad a los príncipes de elegir entre la religión protestante o la católica, medida que fue anulada en una nueva dieta en la misma ciudad, en el año 1529.Las Iglesias disidentes reclamaron por la determinación y por eso se les conoce con el nombre de Iglesias Protestantes.
Su sucesor, Felipe de Melanchton, en 1530, en la Confesión de Augsburgo o, en ella señaló que la única fuente de salvación es la fe, solamente se aceptaban la eucaristía y el bautismo y, por último, la supresión del celibato sacerdotal. Carlos V rechazó el documento ya citado, lo que provocó enfrentamientos entre los protestantes, unidos en la Liga Esmalcalda, contra los católicos, los que llegaron a su fin en la Paz de Augsburgo en 1555.
Se iniciaba así tiempos de cambio en la composición de la Iglesia Católica, la que respondió a través del Concilio de Trento (1545-1563), en donde se estableció las sagradas escrituras son el fundamento de la fe católica, en el futuro solamente la Iglesia podía interpretar la Vulgata o Biblia, la salvación es un objetivo que se puede alcanzar mediante las buenas obras y la fe, reafirmó la autoridad Papal y la de los santos. La reforma, también, involucrò otras corrientes como el calvinismo y el nacimiento de la Iglesia Anglicana en Inglaterra, temas que veremos en una próxima ocasión.