*El pasado 10 de Abril, el grupo de adultos mayores de la capital regional de El Libertador "Los Años Dorados" cumplió 13 años de una fructífera existencia. Por Luis Felipe Caneo.
La vida es una colina que debemos conquistar paso a paso hasta llegar a su cima, para luego comenzar un descenso caracterizado por la llegada de la tercera edad, donde el pasar de los años se deja sentir a través de la experiencia o, en el lado negativo, de las múltiples complicaciones de salud.Una etapa que muchos se encierran en si mismos,quedandose en sus casas con la única compañia del televisor, aumentando así la posibilidad de enfermedades entre ellas el temido alzhaimer; una realidad que nos motiva como sociedad a proporcionarles no sólo los espacios necesarios sino las herramientas para que este grupo etario, de los 60 y más años,puedan vivir una vejez saludable. Pero, además, es necesario que ellos pongan de su parte y demuestren ganas de vivir. Algo realizado por los integrantes de este grupo de abuelitos rancaguinos a lo largo de sus 13 años de existencia.
Ésta historia empezó a escribirse el año 1997 cuando, motivados por la señora Gladys Valdivia, varios entusiastas abuelitos de Rancagua empezaron a formar un club para tener un lugar donde conversar cosas de lo humano y lo divino y poder juntarse con gente viviendo experiencias similares. Es así como nació "Los Años Dorados" un 10 de Abril de 1997, cuando faltaban tres años para que el siglo XX llegará a su fin.
Desde esa fecha ya han pasado 13 años, durante los cuales han vivido experiencias que jamás olvidarán como por ejemplo los múltiples viajes llevados a cabo, en el contexto del programa de turismo para la tercera edad del Gobierno de Chile, donde han podido conocer hermosos paisajes de nuestra tierra como La Laguna de San Rafael, La Serena, Bahía Inglesa, Viña del Mar, Valparaíso y un sin de zonas más, siendo Punta Arenas el lugar faltante y al cual añoran , algún día, poder llegar hasta esa fría zona. En estos periplos, como a todo el mundo, le han sucedido múltiples anécdotas, una de éstas nos la cuenta la señora Edith Machuca: "En el viaje a Coyaique, empezé a conversar con un señor de la zona, quien tenía las intenciones de encontrar una pareja. Charlamos bastantes, pero al final no se concretó nada porque esa zona es muy helada y me habría matado de frío", indica.
Se juntan cada día martes en la sede vecinal de la Villa San Pedro de Rancagua, ese fue el punto de organización de la celebración de sus 13 años de vidas, donde decidieron tirar la casa por la ventana, pues no se cumplen esa edad todos los días y porque jamás habían conmemorado un aniversario como Dios manda, explica su Presidente, Don Osvaldo Sepúlveda.
La celebración
A partir de las 18:00 hrs del día sábado 10 de Abril, justo cuando cumplían 13 años de vida, empezaron a llegar sus integrantes, impecablemente vestidos para la ocasión, con un ánimo contagioso, mientras una música de fondo era la testigo de conversaciones de los diferentes grupos que se formaron esperando el arribo de los demás. A las 19:00 hrs, aproximadamente, luego del discurso de bienvenida, todos se sentaron en la mesa, la cual estaba adornada con unos simpáticos adornos de papeles, para cenar un tuto de pollo y papas, acompañado de vino tinto o bebida para, finalmente, como postre frutas, al estilo de un tutifrutti; después de una conversada larga mesa, donde el tema infaltable fue el terremoto del pasado 27 de febrero, se dió paso a las presentaciones musicales para deleite de los presentes.
Es así como un conjunto de los mismos abuelitos, dirigidos por Benito Miranda,interpretaron diversos temas musicales, donde los estilos fueron el valz y la cueca, oportunidad en la cual, pese a que costó, se animaron algunas parejas a bailar nuestra danza nacional.Posteriormente, la fotografía de rigor para inmortalizar este momento mágico para ellos y de ahí el turno de la torta, pues guatita llena corazón contento para proseguir la celebración.
De ésta forma, estos entusiastas abuelitos de la Sexta Región conmemoraron los 13 años de vida de éste club , convirtiendose en un ejemplo de entusiasmo para miles de adultos mayores que asocian su estado etario con pasar en la casa, sin mayor actividad pues ya son, según ellos, viejos. En definitiva, "Los Años Dorados" son una demostración que las ganas de vivir no se jubilan.
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