lunes, 26 de octubre de 2009

Una mirada a las Querellas de las Investiduras

*Este hecho se generó por la disputa entre el poder político y religioso. Una constante a lo largo de la Edad Media fue la intervención política en asuntos eclesiásticos, como por ejemplo en la designación de los Papas u Obispos.Una situación que llegó a su fin con las Querellas de las Investiduras, disputa entre ambos poderes en el transcurso de los años 1073 y el 1122, allí llegó a su fin con la firma del Concordato de Worms.Empezó con el Papa Gregorio VII y el Emperador del Sacro Impero Romano Germánico, Enrique IV, cuyo fin último de disputa era el poder temporal. Dictatus Papae, el comienzo del conflicto.
El recién asumido Papa Gregorio VII , en el año 1075, publicó el Dictatus Papae, documento a través del cual, en 27 puntos, reseña el papel de la iglesia frente al poder temporal. En el menciona, entre otras cosas, la supremacía del sucesor de Pedro por sobre las otras autoridades de la iglesia, ejemplificado en: “Que solamente el Pontífice Romano es llamado "universal" con pleno derecho” y “Que él solo puede deponer y restablecer a los obispos.” , siendo reforzado lo anterior con el punto 16 del escrito Papal: “Que ningún sínodo puede ser llamado general si no es guiado por él.”.Indica que el Papa tiene la facultad de nombrar a emperadores y príncipes, los cuales le deben sometimiento, representado en el apartado número doce: “Que le es lícito deponer al emperador”.Otro punto importante es la exposición de la infalibilidad de la Iglesia, es decir, “Que la Iglesia Romana no ha errado y no errará jamás, y esto, de acuerdo al testimonio de las Sagradas Escrituras” indica el punto veintidós, un rasgo relacionado con el primer tópico abordado por Gregorio VIII: “Que la Iglesia Romana ha sido fundada solamente por Dios”, señala el dictatus primero. Asimismo estableció la adopción de un derecho propio para la iglesia, el llamado derecho canónico.
Las reglas mencionadas por el Papa, como era de esperar, despertaron el rechazo de algunos representantes del poder político. Enrique IV , emperador del Imperio Romano Germano, pese a lo ordenado, siguió nombrando obispos en Alemania y en Milán, zona en donde también rechazaron la nueva actitud de la iglesia.
En un comienzo, Gregorio VIII los llamó al orden, sin obtener lo esperado. En el año 1076 Enrique IV llama a un grupo de obispos partidarios de sus ideas a reunirse en Worms, logrando la destitución del emperador y la excomunión a todos los presentes en la cita. Ante esa realidad, el hijo de Enrique III arriesgaba de perder el favor de sus súbditos como la bendición de la fe, por lo cual decidió irle a pedir perdón al Santo Padre, hecho conocido como “La Humillación de Cannosa” , petición a la cual accedió el nacido en La Toscana.
La querella se reactiva cuando Enrique IV llega su nación de origen, encontrándose con que un grupo de partidarios de su cuñado, Roberto de Suabia, lo habían nombrado en su remplazo.Es por eso que nuevamente convocó a una reunión a un grupo de prelados en Brixten, oportunidad en la cual destituyó a Gregorio VIII y nombró en su lugar al antipapa Clemente III.Por su parte, el autor del Dictatus Papae confirmó a Roberto de Suabia en su puesto y le pidió ayuda al normando Roberto Guiscardo, quien fracasó en su labor defensiva.El Papa se asiló en Salermo, pereciendo el año 1085.
La Querella de Investiduras siguió vigente hasta el año 1122, allí en el Concordato de Worms el Papa Calixto II y Enrique V firmaron el acuerdo que permitió terminar con la lucha entre los dos componentes de la sociedad. En el se reconocía el poder de la iglesia de dar la dignidad religiosa a los obispos y abades.
Análisis de fuentes El rechazo a la llamada investidura laica ya se podía observar en escritos de gente de la iglesia del año 1057, siendo uno de ello“Adversus Simoníacos: El Cardenal Humberto contra la Investidura Laica”.De acuerdo el escritor del texto ya mencionado : “Según los decretos de los santos padres, el que es consignado obispo, primero es elegido por el clero, después solicitado por el pueblo y, por último, consagrado por los obispos de la provincia con el consentimiento del metropolitano. Nadie puede ser tenido o llamado verdadero e indubitable obispo a no ser que tenga clero y pueblo que gobernar y, si ha sido consagrado por los otros obispos de la provincia con la autoridad del metropolitano, que esté a cargo de la provincia en nombre de la sede apostólica”( Monumenta Germaniae Historica), tres reglas, en palabras de el, no presente en el nombramiento, por parte de civiles, de las autoridades de la iglesia fundada por Pedro: “El que haya sido consagrado sin conformarse a estas tres reglas, no debe ser tenido por obispo verdadero y establecido, ni contado entre los obispos creados y nombrados canónicamente. Por el contrario, debe ser llamado pseudo-obispo, pues, siendo el obispo un gobernador y un supervisor, ¿qué clero y pueblo puede uno gobernar cuando ni el clero ni el pueblo lo han elegido para gobernarlos, y carece, además, de la autoridad del metropolitano y de los obispos de la provincia?”(Monumenta Germaniae Historica).Aquí claramente están quitándole la autoridad a todos los religiosos que llegaron hasta los puestos de obispos por civiles, algo similar le dice Pedro Damián en su carta a Enrique IV.
En ella el autor le explica, en el primer párrafo, la separación entre el poder temporal y el religioso para luego referirse a las consecuencias de no seguir el orden divino: “Un rey debe ser reverenciado siempre que obedezca al Creador. Por otra parte, cuando un rey resiste las órdenes divinas, es justo que sus súbditos le desprecien; pues, si uno se convence de que debe gobernar como rey, no por Dios, sino por su propio interés, entonces no batalla en el campo de la Iglesia el día de lucha, y está muy preocupado por sus propios intereses para venir en la ayuda de la Iglesia cuando ésta se encuentre en peligro”.(Gallego y Blanco).En estas líneas ,es posible deducir, la presencia de Dios en todos los ámbitos de la vida de la Edad Media, en donde, a nuestro juicio, la tradición se confundía con el orden divino.
En definitiva, Las Querellas de las Investiduras es la máxima expresión de la lucha de poderes de dos componentes de la sociedad, el religioso y el político, y, también, la feudalización de la Iglesia en la Edad Media, en donde el elemento espiritual pasó a un segundo plano. La contribución del Dictatus Papae fue contribuir a cambiar la realidad de la iglesia para que ésta retome su labor principal, evangelizar. Notas explicativas : 1-Hildebrando Aldobrandeschi de Soana era su nombre, nació en La Toscana en el año 1020.Fue partidario de volver a la pobreza evangélica, criticando fuertemente a la iglesia de su tiempo y en especial la simonía y el nicolaísmo como el marcado cesaropapismo, es decir, poseer los poderes políticos y religiosos.Fue nombrado Papa el 22 de abril del año 1073 por aclamación popular y no por el colegio Cardenalicio, es esa la razón de que dos meses más tarde fuera confirmado en el cargo. 2-En este punto la Iglesia está poniendo fin a la designación de autoridades eclesiásticas por parte del poder civil, uno de los grandes anhelos de ese grupo. 3-Fue rey Germánico desde 1056, remplazando a su padre, Enrique III. Durante su reinado su fin fue consolidar su poder como monarca germano, de allí se entiende su oposición frente al Dictatus Papae. 4-Es interesante siempre conocer las fuentes primarias de la época, es así como nos encontramos con el juramento realizado por Enrique IV frente al Papa: “Yo, Enrique, daré satisfacción, en el término que determine nuestro señor el Papa Gregorio, según su decisión, en lo tocante al descontento y discordia de que me acusan arzobispos, obispos, duques, condes y otros reyes de Alemania, o llegaré a un acuerdo según su consejo -a no ser que un obstáculo real le impida a él o a mí mismo-, y cuando esto se haya hecho, estaré dispuesto a cumplirlo. Item: Si el mismo Papa Gregorio deseara ir al otro lado de las montañas o a otra parte, sepa que, en cuanto a mí toca y a aquellos que yo puedo obligar, no le ha de sobrevenir daño alguno para su vida o miembros, ni será capturado, tanto él mismo como todos los que le acompañen o vengan enviados por él o que vengan a él, no importa de qué parte, allá, durante su permanencia o regreso. No sufrirá con mi consentimiento ningún inconveniente contrario a su honor; y si alguno ha de ponerle dificultades, vendré a ayudarlo con todo mi poder. Que Dios sea mi testigo, y estos Santos Evangelios. Dado en Canossa, en las Kalendas de Febrero, en la décimo quinta indicción, en el año de Nuestro Señor Jesucristo de 1077, estando presentes los obispos Humberto de Preneste, Giral de Ostia, los cardenales... y el abad de Cluny y muchos nobles.” (En: Gallego Blanco, E., Relaciones entre la Iglesia y el Estado en la Edad Media, Biblioteca de Política y Sociología de Occidente, 1973, Madrid, p. 165.) 5-.Se le da ese nombre porque el Emperador en pleno invierno debió ir al lugar, descalzo en un ambiente en donde la nieve era su principal compañía. 6.- Hace alusión a la llamada Doctrina Gelasiana, la cual hace la diferencia entre los dos entes: lo religioso y lo político: éste último puede gobernar gracias a un poder de Dios, que le da por misión administrar los bienes de una determinada cultura y la Iglesia, por ser representante de Dios en la tierra, tiene un poder superior al político. Bibliografía: - Cardenal Humberto “Adversus Simoníacos: El Cardenal Humberto contra la Investidura Laica” en En: Monumenta Germaniae Historica, Libelli de Lite Imperatorum et Pontificum, I, pp. 108, 205, cit. en: Gallego Blanco, E., Relaciones entre la Iglesia y el Estado en la Edad Media, Ediciones Revista de Occidente, 1970, Madrid; Artola, M., Textos fundamentales para el estudio de la Historia, Biblioteca de la Revista de Occidente, 1975, Madrid, pp. 90 y s.; Lo Grasso, I., Ecclesia et Status, Fontis Selecti, Historiae Iuris Publici Ecclesiatici Romae, Apud Aedes Pontif., 1952, Universitatis Gregorianae, p. 116. v. Antoine, C., Martínez, H., Stambuk, M., Yáñez, R., Relaciones entre la Iglesia y el Estado desde el Nuevo Testamento hasta el tratado De La Monarquía de Dante, Memoria Inédita, Academia Superior de Ciencias Pedagógicas, 1985, Santiago, p. 337 y s. - Pedro Damían, Carta al Emperador Enrique IV de Alemania sobre el sacerdocio y la realeza en Gallego Blanco, E., Relaciones entre la Iglesia y el Estado en la Edad Media, Biblioteca de Política y Sociología de Occidente, 1973, Madrid, pp. 115 y ss. - Historia en la Guía 2000, Querella de las Investiduras, http://www.laguia2000.com/alemania/querella-por-las-investiduras

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