domingo, 3 de agosto de 2008

No solamente los humanos cuidan sus hogares


*Las hormigas también deben reforzar sus nidos para estar sanas y salvas en este mundo.



Hoy en día cuando la delincuencia, poco a poco, se ha ido tomando las calles de nuestras ciudades, la seguridad se ha transformado en un ente importante en las vidas. Cerrar las puertas con doble chapa, instalar rejas en las ventanas y enrejado eléctrico en los muros son algunas de las medidas que se han tomado contra este flagelo.



Los humanos, sin embargo, no somos los únicos que reforzamos nuestros hogares. Especialistas han localizados en bosques euroasiáticos verdaderos ejércitos de hormigas que llevan agujas de pino, ramas, hojas y musgo que almacenarán en sus nidos. Estos miden 6 mm, insectos y larvas son su alimento y sus nidos son edificados bajo tierra, en donde alojan a 300.000 de sus miembros.



Sobre el nido crean un montículo de 1,5 metros con material vegetal, con el objetivo de mantener caliente el nido y, de paso, espantar a los depredadores. El montículo si realizamos la comparación equivaldría a las rejas y protecciones de los humanos.



En ocasiones según revelan los expertos, el escondite rodea el tronco de un viejo árbol ya podrido con el pasar del tiempo, pues es más fácil para nuestras amigas construir la superficie del nido. Toda su casa, por decirlo de alguna forma, es subterránea.



Al igual que en los hogares del mundo, algunas obreras se dedican a sacar los materiales y cosas mojadas por el aliento de sus compañeras y sacándolas a la superficie. Además, durante la noche cierran el ingreso a su casa con … ramas, bloqueando el paso de extraños.



Las hormigas y los humanos guardando las proporciones, tienen conductas similar en lo que ha seguridad se refiere. Pero las diferencias está en que los segundos, se supone somos seres pensantes, que si bien debemos tomar medidas de resguardos contra los amigos de lo ajeno no debemos exagerar el tópico. Si te tienen que asaltar no habrá cosa en el mundo que lo impida, dice un vecino, y ¡ pucha que tiene razón ¡.

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