viernes, 29 de mayo de 2009

Reflexiones en torno a la enseñanza de la historia

*La enseñanza de la historia en la actualidad es mala en los colegios de Chile, por tener un ènfasis de la memorizaciòn por sobre la comprensiòn, fallando en uno de los principales objetivos pedagògicos: el entendimiento.
En un país próximo a celebrar el Bicentenario, es primordial darle a la historia un papel primordial, pues ella no sólo es la responsable de formar la identidad característica de nuestro pueblo sino, también, permite sacar lecciones de hechos pasados para solucionar conflictos del presente. Sin embargo, pese a su importancia para el futuro, la calidad de la enseñanza de la disciplina en los colegios es deplorable, pues cuenta con un predominio de la memoria por sobre el entendimiento, cuando la realidad debería ser totalmente opuesta. No tiene ningún propósito pedagógico hacer que el estudiante se aprenda una línea temporal de los sucesos de un período determinado si no comprende los mismos. Se está fallando en uno de los puntos esenciales de todo proceso educativo: la comprensión, lo cual explica los magros resultados obtenidos en la encuesta “¿somos cultos los chilenos? “: en el ítem de historia de Chile, el promedio fue de 3,5 y lo más preocupante de lo revelado por el estudio es que: “los jóvenes entre los 14 y los 17 años lograron peor rendimiento que los mayores de 45, los primeros llegaron al 2,9 y los segundos al 3,8 “ (Caneo).
Para vislumbrar el pasado y ver como éste puede beneficiar al presente, elementos esenciales de la historia, es clave pasar desde la memorización en los educandos a un proceso de comprensión global de cada época estudiada, objetivo que requiere un cambio de mentalidad en el sistema completo. La sociedad debe entender el propósito del estudio histórico, reflexionar en torno a las épocas pasadas, viendo causas y consecuencias, en donde importa más lo macro que lo micro, o sea, las fechas. El Mineduc, por su parte, debe establecer mallas curriculares menos exhaustivas para así poder estudiar cada período con mayor profundidad, con lo cual se logrará un mejor aprendizaje, el cual privilegie la calidad en vez de la cantidad. Los profesores, por otro lado, deben aplicar otra mirada a la disciplina: el docente de la Universidad de Washington, Sam Wineburg, sugiere en su libro “Pensamiento histórico y otros actos naturales” que el uso de fuentes originales, como cartas o discursos, ayudará al estudiante a comprender de mejor manera los procesos históricos y a “imaginar un mundo distinto al de hoy” (Educarchile). Los estudiantes, finalmente, deberán tener frente a la asignatura una actitud participativa.
Una de las competencias a realizar para el estudio de la historia es saber contextualizarse en un período con una mentalidad distinta al de hoy, un desafío para todos los actores del sistema educativo. Analizar esa época sin prejuicios de cualquier índole no siempre se logra, siendo el más claro ejemplo la antigua Grecia.: una forma de vida de aquellos seres era la práctica de la homosexualidad y, a la vez, tenían su esposa e hijos. Sin lugar a dudas, las conductas reseñadas, bajo una concepción cristiana como la actual, son reprochables, pero en ese tiempo eran valores de su cultura.
En ese sentido, el método propuesto por Wineburg ayudaría a formar esa capacidad básica requerida para todo análisis, no necesariamente la historia, la contextualización. A esto le debemos sumar la necesidad de la ampliación del concepto de la historia en el campo de la educación, es decir, que la disciplina no sólo sirve para registrar determinados sucesos sino, también, tiene otras utilidades como, por citar alguna, la entrega de herramientas para comprender las transformaciones del presente.”Un buen aprendizaje de la historia no sólo ha de permitir saber cosas sobre el pasado, sino también ha de permitir a la ciudadanía saber cómo el pasado es y puede ser utilizado para atentar contra la libertad de pensamiento y acción” (Pages). La historia, en otras palabras, permite saber como el pasado puede ser utilizado para un fin determinado.
Otro punto importante en esta nueva concepción de la historia es hacer de los personajes seres más comunes para la gran mayoría, contando la vida personal para así demostrar que ellos también tuvieron sus penas, alegrìas, triunfos y fracasos más allá del proceso histórico. Así los próceres de la historia dejarán de ser “algo lejano, que sólo sucede en la escuela y que no se relaciona ni con la vida ni con las personas” (Pages).
En fin, para lograr hacer de la historia una asignatura útil en la malla curricular escolar, que tenga un fin en si misma desde un ámbito personal como social, es necesario cambiar el concepto de ella en el sistema educativo, pasando desde una mera memorización sin mayores objetivos a una verdadera comprensión de los múltiples procesos históricos y de nuestra identidad. Bibliografía y Citas -Caneo, Meneses, Luis Felipe, Encuesta Fundación Futuro: Economía e Historia de Chile, los flancos débiles de los chilenos, diario ciudadano el Rancahuaso, domingo 1 febrero 2009, sábado 9 mayo, http://www.elrancahuaso.cl/admin/render/noticia/17661 -Enseñando más que sólo hechos en la historia, Educarchile, 12 agosto2002,sábado 9 mayo 2009, http://www.educarchile.cl/Portal.Base/Web/VerContenido.aspx?GUID=123.456.789.000&ID=74653 -Pages, Joan, La enseñanza de la historia, Odisea, 26 diciembre 2007, sábado 9 mayo, www.odisea.ucv.cl

No hay comentarios: