lunes, 7 de junio de 2010

Día del Patrimonio: El Ayer y Hoy de Sewell


*En el contexto de las celebraciones por el Día del Patrimonio Nacional, el pasado sábado 5 de junio se llevó a cabo el tradicional viaje al histórico campamento minero Sewell, donde gran cantidad de personas pudieron conocer la llamada "Ciudad de las Escaleras" como también los que trabajaron en el lugar recordar parte de su pasado. Un viaje, en definitiva, al ayer y hoy, de Sewell. Por Luis Felipe Caneo, desde Sewell.


Con una semana de retraso, producto de las malas condiciones climáticas de fines de mayo, se llevó a cabo, el pasado sábado 5 de junio, el tradicional viaje a Sewell en el contexto de las celebraciones por el Día del Patrimonio Nacional.Todo partió en Millán, afuera del Extecu, a las 9:30 de la mañana donde gran cantidad de personas abordaron  los buses dispuestos por la Seremi de Bienes Nacionales para la ocasión, iniciando así el viaje al histórico lugar, al cual arribaron poco antes de las 11 de la mañana, siendo recibidos por la imponente construcción del campamento con su escalera eterna, siendo en la Plaza Morgan, en el sitio ocupado por la antigua Estación de Trenes, instancia en donde los individuos empezaron a congregarse para tomar cafe , simplemente conversar y sacarse la fotografía de rigor con la dama antigua y su esposo o iniciar el recorrido por el Museo del Cobre, cuyas dependencias eran la antigua Escuela Industrial de Sewell.Todo lo anterior con un tiempo que acompañaba, pues había un tibio sol que  obligaba a sacarse las parkas y permitía andar en polerón y los más valientes en polera, por la realidad reseñada había poca nieve en el lugar, mas los cerros nos ofrecían un lindo espectáculo con sus copas blancas o sus laderas teñidas de blanco que nos hacía recordar el frío que se siente, en pleno invierno, a 2100 metros de altura.


Pasadas las 11 de la mañana, arribaron las autoridades a Sewell a la Plaza Morgan, entre los que estaban:  el Seremi de Agricultura, Mauricio Donoso; el de Bienes Nacionales, Gerardo Carvallo; el diputado del Distrito 33, Eugenio Bauer; el Gerente de Sustentabilidad de División El Teniente, Jorge Sanhueza y la Gobernadora de Cachapoal,Marie Jeanne Lyon Amand de Mendieta, entre otros. A las 12 del día, en el citado lugar del campamento se realizó un acto donde los personeros destacaron la realización de la actividad y agradecieron la asistencia de la genet, además de la disposición y colaboración de Codelco para organizar este viaje, acciones que fueron amenizadas por un grupo musical de trombones.



El viaje por el día del Patrimonio es una actividad que “mantiene vivo el espíritu de los sewelinos. Queremos que la gente del país y la Región, se acerquen a este mágico Patrimonio de la Humanidad.Codelco, en su compromiso por realizar una minería sustentable, desea que este hermoso lugar sea reconocido por las generaciones futuras y ahí apunta el objetivo de esta actividad”, manifestó el Gerente de Sustentabilidad, Jorge Sanhueza. Por su parte, Issa Kort, director Regional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, manifestó en su discurso que “es un honor estar en este hermoso lugar con tan imponente marco de visitantes. Nuestra cultura está arraigada de manera profunda en sectores patrimoniales como este ex campamento y así lo manifiesta cada una de las personas que se encuentra acá en estos momentos. Ahora debemos proyectarnos en el futuro y seguir fomentando actividades como ésta”.En tanto, el Seremi de Bienes Nacionales, Gerardo Carvallo, comentó que “este lugar está conservado históricamente y nos muestra rincones con un valor incalculable, que han sido reconocidos por la UNESCO. Debemos sentirnos orgullosos como chilenos de tener áreas tan bien mantenidas que dan muestra de cómo vivieron los primeros forjadores de la minería del país”, indicó el personero.


Posteriormente, se les realizó un recorrido a las autoridades por el campamento, guiados por el sewellino Fernando Pérez Díaz, el cual le mostró los principales hitos de Sewell, como por ejemplo los distintos tipos de edificios construidos tanto para los solteros como los casados, algunos de ellos presentan un buen estado de conservación mientras otros, al igual que diversos monumentos a lo largo y ancho de nuestro país, necesitan urgente una reparación como también los lugares de esparcimiento para quienes vivían arriba en la cordillera, siendo algunos de ellos el Club Social Teniente Club como los Palitroques, aquí los jefes y los obreros, respectivamente, iban a divertirse y a hacer vida social con sus compañeros de labores. Durante el trayecto, los personeros se mostaron sorprendidos no sólo por las condiciones de vida en el lugar sino también por la edificación de las construcciones, de como poco a poco los hombres del ayer pudieron ir estableciendo una verdadera ciudad donde contaban con un hospital de primer nivel y un cine, aquí podían ver las películas antes de su estreno oficial entre otras comodidades.El tour finalizó con un almuerzo para los representantes del gobierno y sus familias.


El Ayer y Hoy de Sewell


Las primeras menciones de la existencia de mineral en la zona, de acuerdo a diversas fuentes primarias, corresponde a períodos prehispánicos, tiempo en el cual los naturales de la zona extraían cobre con el fin de fabricarse joyas, utensilios domésticos y artefactos de caza.Ya en la etapa de la conquista y posterior colonia, es decir, desde el siglo XV al SVII, los españoles extraían cobre para su exportación como materia prima para la fabricación de armamentos. En el Siglo de las Luces, SXVIII, no hay mayor actividad dado a las inclemencias del tiempo pero su historia cambiaría en 1760: antes de esa fecha se conocía como la mina de la "Fortuna",nombre que cambiaría con el descubrimiento, por parte de un militar español que huía de la justicia rumbo a Argentina, de valiosas vetas a "El Teniente".



En el año 1897 los dueños del área, Enrique Concha y Toro y Carlos Irarrázaval, encargaron un estudio para analizar la posibilidad de explotar los recursos minerales que allí estaban,llegando a la conclusión de que no contaban con el capital suficiente para llevar a cabo sus anhelos. La única alternativa era interesar a inversionistas extranjeros, siendo uno de ellos William Braden, quien arribóa Valparaíso en 1904 cuando estaba en el poder el rancaguino Germán Riesco.El 8 de Octubre de ese año se crea la compañia "Braden Copper Company”.


En 1906 se inicia la historia de Sewell, con el proyecto y las primeras edificaciones en un sector conocido como " El Establecimiento", dado al edificio de molienda que estaba en la zona. Es así como se le empezó a llamar "El Molino" hasta que en 1915 la empresa decide cambiarle el nombre a Sewell, en homenaje a Barton Sewell, ex Presidente y socio fundador de Braden Copper Company, quien había muerto en Nueva York, Estados Unidos.


Es así como fue dando sus primeros pasos, conformando un campamento que estaba aislado de Rancagua en un principio,logrando una vía de comunicación con la capital regional mediante un ferrocarril construido por la empresa de capitales norteamericanos. Un campamento que fue creciendo poco a poco, tomando como guía los factores geográficos y climáticos y que ya en 1945, cuando la Segunda Guerra Mundial estaba llegando a su fin, estaba consolidado. Sin embargo, un hecho impactaría a Sewell.

El 19 de Junio de 1945 ocurre un incendio al interior de la mina, dejando como saldo 355 obreros fallecidos producto de asfixia, constituyendo la llamada "Tragedia del Humo" fue de los peores hechos que recuerde la minería a nivel mundial. Acontecimiento que hizo que la seguridad fuera un elemento primordial en el día a día de "La Ciudad de las Escaleras" bajo el lema "Seguridad ante todo". Un hecho que impactó a Sofía Obrecht, una chic adolescente, que visitaba por primera vez el lugar , el cual le dejó :" Una impresión muy linda porque antes acá , la verdad, la vida era muy difícil. Lo que más me impactó fue esa exploción , la tragedia del humo, en que murieron 355 personas ". Cabe señalar que hacia afines de la década de los 50, Sewell ocupaba una extensión de 418.000 metros cuadrado.


Durante la década del 60 surge la idea de trasladar a los operarios al valle, dado a la necesidad de aumento de la producción para satisfacer la creciente demanda como los altos costos que significaba mantener un campamento en plena cordillera. Es así como lentamente empieza a desalojarse el lugar, presentando ya cuando se nacionaliza el Cobre, durante el período de la Unidad Popular, un panorama de escasos habitantes.Un cambio que tuvo resistencia, como por ejemplo la de la señora Nora Cornejo, quien dice que si la afectó "Sobre todo en salud.Yo nunca bajaba a Rancagua, a lo más una vez al año, yo no conocía el pasto, los bichos, nada".



Durante la década de los 80 se inicia un plan de demolición del campamento, dado al alto costo que significaba su mantención, eran tiempos en los cuales la conciencia de resguardar el pasado no estaba desarrollada en Chile.Sin embargo, se logró resguardar una parte de éste de las inclemencias del tiempo y las decisiones de carácter económico hasta que el 27 de Agosto de 1998 el Ministerio de Educación lo declara Monumento Nacional, protegiendo al campamento y su entorno, testigos de un pasado de esfuerzo y sacrificio de los comienzos de la gran minería.Al consultarle a Nora Cornejo sobre las diferencias entre el Sewell de ayer y hoy, ella responde que le da "Una tristeza grande ver todo lo que han destruido. La gente cree que es bonito, pero no sabe como era antes".



Ya en el siglo XXI, Sewell es declarado Patrimonio de la Humanidad el 13 de Julnio del 2006 en la sesión de la Unesco desarrollada en la ciudad de Vinius en Lituania. Un momento que Fernando Pérez, actualmente guía turístico y sewellino de nacimiento, recuerda con emoción:"Cuando nos avisaron que Sewell había sido declarado patrimonio de la humanidad sentí mucha emoción porque yo fui una de las personas que recolecté firmas, logramos juntar más de 250.000 en toda la Región de Ohiggins para que Sewell fuera declarado Patrimonio de la Humanidad. Un orgullo por el trabajo cumplido". El sueño de Pérez es que "A futuro ojala en Sewell tener una infraestructura de acuerdo al turista".


Las impresiones y recuerdos sobre Sewell


El pasado sábado se juntaron personas que iban por primera vez a Sewell o que parte de su vida la habían pasado en el. Lo anterior explica que allá a 2100 metros de altura se diera pase a los recuerdos del lugar como también de las impresiones de los primerizos.


Rosario Edwards, 17 años, comentó que "Me ha impresionado que tanta gente haya vivido aquí arriba, tan alto en la cordillera y que haya podido desarrollarse".Por su parte, Elisa Larraín mamá de Sofía Obrecht, señaló:"Es impresionante y lindo ver como de la nada se hizo tanto, tante gente que dejó su vida incluso , familias que se formaron. Lo más impresionante fue ver el sacrificio de los primeros que llegaron y ahora que todo es mucho más fácil", indicó.También el Seremi de Agricultura, Mauricio Donoso, dio sus impresiones: "Para mí esto es un regalo de Dios, es impresionante este monumento tan gigantesco y admirable, o sea, que nosotros tengamos un patrimonio de la humanidad de este calibre encuentro admirable. Ojala que todos los chilenos tengan la oportunidad de llegar a este lugar y lo pudan conocer profundamente. Aquí hay raíces de la minería que son importante conocerlas y entender que significó este monumento en su época y que significa para nosotros este lugar que debemos cuidar, respetar y ojala que nuestra descendencia lo conozca".


Al escuchar la palabra "Sewell" Fernando Pérez Díaz, sewelino e integrante de la banda de Boy Scouts de Sewell, se le viene a la mente "El colegio porque tuve buenos compañeros .Estuve en tres colegios, disfrutamos mucho la vida como estudiantes.Cuando me mencionan la palabra Sewell me recuerdo de la nieve y la montaña nevada, ese es el atractivo de nuestra tierra", quien, de paso, relató una de las maldades que hacían en sus años mozo: al momento de despejar los caminos de nieve, se generaban huecos los cuales eran tapados por los niños del ayer con una tabla o algo por el estilo, dando impresión a los habitantes de que todo estaba en el mismo nivel y cuando pisaban, se caían al hoyo.


En definitiva, Sewell es un testigo del presente y el pasado de la gran minería, escaleras y edificios que guardan miles de historias de alegrías y penas que fueron moldeando, en gran parte, a la identidad de carácter minero presente en Rancagua. Sewell es, al final de cuentas, un testigo del ayer y hoy que debemos preservar.

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