jueves, 18 de diciembre de 2008

El dilema entre lo privado y lo pùblico de los personajes pùblicos

*Cada cierto tiempo sale a la palestra el dilema entre lo privado y lo pùblico de los personajes pùblicos, quienes son inmortalizados por paparazis en momentos intìmos, como le aconteciò a Cecilia Boloco, o cuando se estàn bañando en una playa, como Bachelet.
Cuando se es personaje pùblico,sea cual sea el àmbito en el cual se desempeñan, claramente seràn conocidos y saber de sus vidas , detalles exclusivos,se convertirà en un deseo de la poblaciòn y, en consecuencia, en la de los medios de comunicaciòn, quienes haràn lo imposible para lograr una exclusiva del dìa a dìa de esas personas, cuestiòn que han podido concretizar en innumerables oportunidades.Por ejemplo, la esposa del ex Primer Ministro de Gran Bretaña, Tony Blair, fue captada en bata de dormir cuando saliò a atender los requerimientos de unos periodistas que tocaron su puerta;la estrella de High School Musical, de Disney, Vanessa Hudgens, fue fotografiada por paparazis saliendo de Universal Studios junto a su mami, Dina y su pequeña hermana, Stella.Vannesa le solicitò a los profesionales que le sacaràn fotos a ella no màs, pero ellos no le hicieron caso a su peticiòn, con el claro objetivo de que ella se enojarà y les dijeran unas cuantas cosas que significarìan millones para algùn medio de comunicaciòn;la ex Miss Universo, Cecilia Bolocco, tambièn se vio afectada por los paparazis, ella, en Miami, fue fotografiada por Àngel Mora junto con el empresario italiano Luciano Marocchino, durante sus vacaciones en Estados Unidos en topless.La vìctima màs reciente fue la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien, aprovechando el fresco de la mañana y el rato libre que tenìa, fue a las playas de Costa de Sauípe, tras las serie de reuniones que ha sostenido en la cumbre semestral del MERCOSUR.En el lugar habìa un gràfico de la agencia Efe,el cual la inmortalizò y, obviamente, las divulgò.
Sin lugar a dudas que todos estos casos nos revelan una discusiòn que todavìa no ha sido solucionada por las autoridades,para definir claramente el àmbito privado del pùblico.Una cosa es el derecho de la informaciòn que todo ciudadano debe exigir a los diversos entes de la sociedad, pero, un punto fundamental, es que informaciòn se divulga.Fotografiar a alguien en la playa, sea cual sea el personaje en cuestiòn, no es criticable, salvo que deberìa haberle pedido su consentimiento,pero si para lograr una exclusiva se ingresa a una propiedad privada no es solamente reprochable desde todo punto de vista sino, ademàs, se comete un claro delito.A nadie de nosotros le agradarìa que viniera un tipo un dìa, ingresarà a nuestra casa y nos sacarà una foto de uno cuando està con la polola, por ejemplo.
La clave para este dilema, a mi jucio, es definir, en forma clara, las diferencias entre el àmbito privado y pùblico y su radio de acciòn."El espacio público es, un reflejo de las voluntades políticas, del tejido social, de las dinámicas culturales y del contexto económico, así como de la reorganización y la expansión de nuestras ciudades. En un tiempo definido por el final de las ideologías, al que se une la inhabilidad de los poderes políticos y religiosos para definir la noción de "público", el espacio público se ha transformado en un ámbito de consumo. De ser un lugar específico de experiencia democrática, el espacio público ha pasado a ser un lugar de conexión de usos y funciones diferentes. El concepto de esfera pública, una noción más amplia que la de espacio público, va más allá de las distinciones físicas entre los entornos público y privado en el que las actividades y las experiencias de los seres humanos se desarrollan.",explica R. Doors.En tanto, la parte privada, podrìa explicarse, como simplemente la vida interna que cada sujeto tiene en este mundo, la que es conocida por el cìrculo màs cercano.
Para un mortal, alguien no famoso, separar su vida privada con la pùblica va a depender de èl no màs y de su manera de contar su vida a los demàs, sin embargo esa no es la realidad de los famosos,personajes que muchas veces guìan las vidas de otras personas.La revista Vìnculo Jurìdico, de Mèxico,citan un caso que sirve para confirmar la tesis expuesta:"El hombre público se funde el hombre privado y el hombre privado se encuentra en el hombre público. El caso de Demi Moore, por ejemplo, nos permite dudar sobre la manera en cómo el derecho puede resguardar el mundo propio de las figuras públicas si éstas, por la naturaleza misma del espectáculo, no pueden reservar sus sentimientos por razones que van más allá de ellos mismos. Demi Moore, después de filmar la cinta «Striptease» y de aparecer con el torso desnudo en un programa televisivo norteamericano de gran audiencia, demanda a un diario alemán por haber publicado la noticia o el rumor de su rompimiento matrimonial. Esta doble moral implica ciertamente el problema. Pero hay algo claro: la imprecisión en las fronteras entre lo público y lo privado es producto de las reglas del espectáculo. Las celebridades no pueden moverse con la ilusión de un ejercicio absoluto de su libertad. Cada celebridad debe aclarar por sí misma la medida de configuración de su existencia, acuñada individualmente y adecuada para satisfacer su modo de ser artístico y social. El personaje que tiene éxito creciente y goza de ascendente reconocimiento se ve confrontado con obligaciones de género privado, de las que muy difícilmente puede sustraerse, si no quiere correr el peligro de que descienda su reputación. Pero, paradójicamente, el propio espectáculo induce cierta tolerancia sobre la amplitud de las disidencias de los famosos en relación con las expectativas sociales. El "show business" trata de hallar la aprobación social del personaje tanto como su desaprobación; todo en función del espectáculo. Lo que hoy se le puede perdonar a alguien como algo que es normal dadas sus circunstancias (como las infidelidades de lady D), puede bastar mañana para castigarlo con sanciones sociales (como la infidelidad del príncipe Carlos). El juicio de la sociedad estará siempre mediado por la industria de la diversión.".
En fin, este tòpico saltarà a la opiniòn pùblica cada cierto tiempo a partir de algùn caso determinado.Personalmente, creo que la soluciòn està en los propios personajes pùblicos, que ellos sepan separar su vida privada de la pùblica, cueste lo que cueste, que se arriesguen a perder tal vez popularidad, sin embargo, aunque no me crean, pueden marcar tendencia y, quien, sabe, cambiar el actuar de la industria.En cuanto a los polìticos, pienso que ellos, a diferencia de otras actividades profesionales, son tales las 24:oo horas del dìa y, ademàs, son un modelo a seguir,por lo tanto un comportamiento educado es lo correcto, nadie les està diciendo que no pueden disfrutar la vida en el ejercicio del poder, simplemente divertirse sin caer en excesos.Lo otro que deberìan dejar de hacer los famosos es mostrar a sus familias, salvo casos especìficos, para asì evitar dar cabida a chismes familiares.Ellos son los conocidos, no su cìrculo cercano.
Las fotos de Bachelet simplemente nos demuestran que ella, tambièn, tiene derecho a divertirse y a pasarlo bien, sin importar el cargo que ostentè.Seamos sinceros, si cualquiera de nosotros estuviera todo el dìa en reuniones y trabajando, con una playa hermosa al frente, las ganas de ir a ella serìan irresistibles.Que la hayan fotografiado sin su consentimiento es una falta de respeto,eso nadie lo critica, pero, no seamos tontos graves, tampoco.Tomemonos con humor las cosas y disfrutemos de la vida, tal como lo hizo la afectada,quien,ante una consulta de El Mercurio, señalò, entre risas, que habìa que preguntarle a los paparazis cuanto le habìan pagado a los paparazis por las imagenes.Sigamos el ejemplo de la Presidenta.Frente a este hecho, los expertos coinciden que las fotos no constituyen ningùn delito, por tratarse de un lugar pùblico, y que,de paso, le dan a Bachelet un elemento de humanizaciòn, grafica que ella es como cualquier persona en el mundo.
Màs que leyes y reglamentaciones, en la separaciòn del àmbito privado y del pùblico , se necesita criterio, tino y responsabilidad de los hombres de prensa.En cuanto a los paparazis, es imposible que desaparezcan, ya que cuando un negocio mueve millones y millones de dòlares motivan a muchos a mantenerlo, cueste lo que cueste.
¿Cuàl serìa la soluciòn para solucionar el dilema entre lo pùblico y lo privado de los famosos y autoridades?.Opine en la zona de comentarios ciudadanos.

No hay comentarios: