*Una mirada a lo que entendemos por Edad Media.
Generalmente al pensar sobre la Edad Media se nos viene a la cabeza la impresión de una época oscura, en donde hubo escasas cosas que merecen ser destacadas. Esa imagen es herencia del siglo de las luces, quienes definirán al tiempo histórico reseñado como darks times [tiempo oscuro] sinónimo de sterquilinium [estecorlero], faetida excrementa [excrementos hediondos] y saualor[suciedad][1] el cual debe ser superado.
Los románticos, por el contrario, provocarán una revalorización de la Edad Media, asociando la figura del caballero y todo lo que eso conlleva a una imagen idílica que se expresa en Ivanhoe de Sir Walter Scott, en la vida de Francisco de Asís de Chesterton, etc.
En la actualidad, lo Medieval ha salido a la palestra a través de la abundante literatura relacionada con los Cataros o los Templarios como también la sagas cinematográficas de “El Señor de los Anillos” o “Las Crónicas de Narnia” reflejando ellas el espíritu del Medioevo, el cual el ideario popular lo ve como una época de caballeros, interesantes y bellas damas prisioneras en las torres del Medievo y la presencia de una vida cortesana asociada al goce y honor. Hay una suerte de simplificación del término.
El origen del concepto de Edad Media tiene su referente en el pensamiento de San Agustín de Hipona, quien entiende el contexto que le toco vivir como un tempum intermedium, etapa intermedia y oscura, entendida como un entre del principio de todas las cosas y el tiempo de culminación. Lo anterior se basa en su obra “La Ciudad de Dios”, en la cual señaló los rasgos de dos ciudades situadas entre el cielo y la tierra. En el cielo en una primera instancia, hace una separación en dos ciudades: la “Ciudad de Dios” –zona en donde los ángeles adoran a Dios y le obedecen- y la “Ciudad del Mal” -conformada por los demonios o ángeles rebeldes que están en la tierra- las cuales tienen su contraparte, por decirlo de alguna manera, en la tierra: “La Ciudad de Dios” –sus integrantes son aquellos individuos que siguen los principios del Cristianismo practicando la caridad y amor de Dios- y la “Ciudad del Mal” -placer y felicidad egoísta son los objetivos de la gente de ese lugar-.
Al parecer no hay consenso entre las fuentes y especialistas, Edad Media fue usado por primera vez en la investigación del historiador Flavio Biondo de Forli en su obra “Historiarum al inclinatione romanorum imperii decades”. Desde ese momento la Edad Media será situada, desde un punto de vista cronológico, entre la Antigüedad Clásica y la Edad Moderna.
La extensión del período un dilema sin solucionar.
Cuando en la etapa escolar pasan Edad Media, se enseña que esta va desde la caída del Imperio Romano occidental en el año 476 hasta la conquista de Constantinopla en 1455 por los turcos, es decir, desde el siglo V al siglo XV. Sin embargo, hay otros límites cronológicos dados por la historiografía como el Edicto de Milán en el año 313, la división de Teodosio el Grande en 395, el saqueo de Roma el 410, deposición de Rómulo Augusto en el 476 o la Invasión Árabe a la Península Ibérica en el 711, por citar algunos. ¿Cuándo empezó realmente? será una interrogante que jamás la historia podrá responder.
Fuentes e historiografía del período Medieval
Como todo proceso histórico, la Edad Media dejó para la posteridad diversas fuentes primarias tanto materiales como inmateriales que nos permite conocer ese apasionante período. Durante el desarrollo del curso, a lo largo de este segundo semestre, se analizaron variadas fuentes, entre las que podemos mencionar la de San Cipriano [200-257] del Imperio Romano la cual hace alusión a la crisis económica social y agrícola de Roma, lo que ha llevado a la Ciudad Eterna a una decadencia, por la cual Sinesio de Cirene plantea la necesidad de regresar a la austeridad característica de los primeros tiempos de Roma.
Los grandes compendios de fuentes se ubican en la Monumenta Germanie Histórica y en las Patrologías Griegas [PG] y Latinas [PL], una obra de Migne. Cabe señalar que la MGH, fue creada en el año 1819 como un centro donde se editarán nuevas ediciones de textos relacionados con la historia medieval de Alemania como la del resto de Europa Latina.
Fundamentos de la Edad Media
Al igual que otras épocas, la Edad Media tiene herencias, antecedentes que repercutieron en todo su desarrollo entre los cuales podemos mencionar la herencia greco-romana a través de la tradición clásica, la herencia germana con los pueblos bárbaros y el cristianismo como elemento aglutinador.
La tradición clásica fue la base para la construcción del Medievo aportando, por citar un ejemplo, con todo un saber filosófico griego que se entremezcló con la fe cristiana dando como resultado una religión con un sustento racional que las transformó desde una secta en Israel a una de carácter universal o, por mencionar otro caso, la literatura dándole un marco referencial con obras y personajes de la literatura greco-romana como Odiseo o Virgilio, autor de “La Eneida”.
En cuanto a los pueblos germanos, influyeron decisivamente en la Edad Media al aportar a la sociedad medieval un nuevo aire cultural, como el espíritu guerrero. Entre la gente del Viejo Continente y los nuevos seres que arribaron a el dio como resultado un interesante proceso de unión cultural, de influencia cultural mutua que se vio reforzado con la invasión de los árabes a la Península Ibérica el año 711, allí se generó una de las más impresionantes culturas, de tipo intelectual, como es el Al-Andalus cuyo contribución se expresa por ejemplo en un semillero de filósofos que le dieron un nuevo aire a las teorías de Aristóteles, a partir de las traducciones de la Escuela de Traductores de Toledo.
El Cristianismo actuó de ente aglutinador durante la Edad Media, emergiendo la figura del Papa como una autoridad supranacional, un rol más político que religioso que molestó a algunos Monarcas, como es le caso de Enrique IV, quien protagonizó , durante el pontificado de Gregorio VII, las Querellas de las Investiduras.
[1] G. Soto, Filosofía Medieval, San Pablo, Bogotá, 2007, 10-11
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