*Me parece de sentido común buscar, atender o establecer la raíz, origen o principio de los problemas. Claro que como somos discutidores, amigos de llevar la contraria, el principio de cualquier tema es distinto para unos y otros.Por Horacio Flores.
¿Cuál sería para usted el origen de la drogadicción? ¿La existencia, en forma natural de estas substancias? ¿La producción en el terreno y laboratorio o el comercio de ellas? ¿Lo indefensos que estamos ante los innumerables recursos usados por los agentes propagadores del vicio? ¿Lo ineficiente de la legislación que debiera estar destinada a la eliminación del problema?
Con el “Sentido Común” ya fallecido, abandonados de sus beneficios ¿Qué tal buscar soluciones drásticas pero seguramente efectivas de verdad, en el pasado medieval? Comprobada, realmente comprobada la calidad de narcotraficante, condenarlo, con amplia publicidad, a azotes en la plaza pública y difusión de su fotografía en lugares dispuestos para ello. Pasando por una situación así seguramente cambiaría de profesión por otra mucho menos rentable pero más útil a la sociedad. ¿Salvajismo, procedimientos incivilizados propios de sociedades primitivas? Conforme, sigamos como estamos, respetando todos los derechos que se inventan para quienes el “Sentido Común” nos dijo que no debe haber Derechos ya que se dedican a dañarnos, para disfrutar un bienestar económico espectacular, sin trabajar, sin aportar su esfuerzo a la colectividad.
Comenzamos hablando de establecer el origen de los problemas. Destaco un principio, que está bien en la mitad de esta maldición, primero está la producción y manipulación y sin embargo es el comienzo para quienes tienen la mala fortuna de ser contactados por un traficante. ¿Cómo obtienen su clientela los vendedores de drogas? Induciendo a sus víctimas una a una. ¡Y les va de perillas! Para que les vaya mal tendríamos, cada uno de nosotros estar absolutamente convencidos, acorazados contra la droga.
¿Y si, por lo menos, intentamos cortar la cadena?
Empezar con los pequeñitos en el Jardín, enseñarles, introducirles, grabar indeleblemente en su conocimiento que la droga es mala. Ya que el tema: Cortar por convencimiento la cadena de la drogadicción y el convencimiento depende de la educación y los educadores, nos conviene preparar el plan con los mejores educadores. ¿Dónde estarán y que aconsejarán? En su libro La República Platón indica que la educación debe organizarse en torno a la música y la gimnasia. De acuerdo con el concepto griego la gimnasia ejercita el cuerpo para desarrollar el espíritu.
Esto suena de provecho, música y gimnasia, cantos y danzas, algunas de las ideas que deberían llevar las letras de las canciones: Yo me quiero. Porque me quiero me cuido. Porque me cuido no consumiré drogas. Yo te quiero a ti, a ti y a ti, los quiero a todos. Todos no consumiremos nada que nos dañe. Coros, rondas y danzas tipo preparación para la guerra, con declaraciones fuertes y pasos golpeando el suelo.
Cuando el niño declara: -Porque me quiero me cuido es necesario interesarlo en el conocimiento del cuerpo que cuida y que cada uno sienta la personalización, se trata de él, no de otro. Medir su estatura y decírsela, su envergadura, su peso y comentarle brevemente: Estás bien, te falta o tienes un poco de más. De pasada, esto puede constituir un interés en otros problemas, obesidad y anorexia. Interesarlo en el conocimiento de lo que puede hacer con su cuerpo. Saltos a pie junto adelante, atrás, a los lados, arriba, Mientras unos cantan y danzan, otros entran en conocimiento de su cuerpo y algunas de sus capacidades. ¿Repeticiones? Todas las posibles durante el año y repasos en los años siguientes. Que los vendedores de drogas desistan en sus intentos porque sus esperados clientes no pican y no picarán nunca. ¿Serviría el sistema para los mayorcitos? Puede probarse.
¡Qué conveniente sería que el niño cantara a toda voz y pulmón. No consumiré drogas ni tabaco ni alcohol! El Sentido Común falleció. El niño adoctrinado en la escuela constataría que sus padres y hermanos mayores no se quieren a si mismos.
Estoy proponiendo una estupidez. Acepto y le pido que junto con decirlo proponga usted su propio plan o ¿tampoco conviene conmigo en que la drogadicción debe combatirse?
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