lunes, 1 de febrero de 2010

Geotermia 4 (fin de la serie)

*Nuestro colaborador habitual, Horacio Flores, nos cuenta, en el capítulo final de la serie Geotermia, sus ideas en torno a esta energía y su relación con la estructura interna de la tierra.
Esperamos que recuerde la secuencia descrita en Geotermia 3: petróleo, refinería, automóvil, atmósfera, lo que en la práctica significa, sin discusión posible, que estamos trasladando el contenido de esos pozos petrolíferos a la atmósfera y esto, asociado a otras acciones igualmente irresponsables, terminará por hacer imposible la existencia del ser humano en la tierra. Y la situación no tiene vuelta atrás, imposible imaginar la vida sin automóvil, sería una vida sin sentido. Hemos conocido algunas parejas de novios y de otras parejas que obviarán ceremonias, acordando o discutiendo marca, potencia, tamaño, color, número de puertas, rendimiento kilómetro-litro bencina del primer automóvil que adquirirán y no he escuchado a ninguna, ninguna, conversar acerca de casa o departamento. Repetimos, el demonio, automóvil de por medio, vencerá a Dios y a su creación estrella: la Naturaleza.
El uso de las inteligencias racional y emocional no ayudan…aunque una última observación, una deducción y una conclusión… ¿lógica?...podría ayudarnos a crear una novelita salvando al planeta. El primero o uno de los primeros cerebros interesado en que volara el hombre fue Leonardo de Vinci y parece que una de sus creaciones para lograr este fin aún se conserva en un museo. Los intentos continuaron hasta la actual aviación.
Leonardo y sus seguidores nunca repararon en que la naturaleza no mete a sus aves en tubos o cajas o las monta en algún artefacto, no, no, las viste para volar y podría estar ocurriendo que en este mismo momento pueda haber, en distintos lugares del planeta, inventores que hayan reparado en el error de Leonardo y los posteriores creadores de la aviación. Ellos, trabajando muy en secreto, las mofas de los tiradores de chaqueta, incapaces de nada positivo, les harían la vida imposible. Desconociendo cada uno la existencia de los otros y ubicados en distintos y alejados puntos del planeta, supongamos que están por dar fin a la creación de los trajes voladores. Si lo logran pondrán disminuir, de manera importante, el nefasto reinado del automóvil y salvarán al planeta y a la existencia humana, aunque revertir los daños producidos tardará largo tiempo, ya que hay más cosas que corregir. Lo invito a jugar con esta idea, no daña a nadie. A mi pregunta de porqué volaban las aves recibí una respuesta sensata, práctica –Chis la preguntita, vuelan porque tienen alas. Hay más que eso, la relación volumen-peso de los pájaros es inferior a la del ser humano por tener algunos huesos huecos conteniendo aire, Y el traje es volador, las débiles plumas, cohesionadas unas con otras adquieren gran resistencia y “alivianan” al cuerpo permitiéndole sostenerse en el aire. ¿Huesos huecos? Solucionable: adherir al cuerpo humano tubos muy livianos llenos de aire, esto aumentaría el volumen añadiendo una insignificancia de peso. Después el traje volador y unas alas con sistema de poleas que multiplique el aleteo de los brazos. ¿Sencillo, verdad? Esperemos con impaciencia porque el petróleo continúa yéndose al cielo, minuto a minuto, día y noche. Es urgentísimo que los inventores se apresuren. ¿Quiere seguir jugando con la idea? Alguna bellezas pagarán fortunas para que les hagan trajes transparentes que las autoridades prohibirán usar debido al alto número de choques que provocarían. Los legisladores trabajarán sobretiempo, legislando sobre el tránsito aéreo En las horas punta se repletara el espacio con millones de pájaros humanos volando en todas direcciones. En los lugares de trabajo deberá haber hangares para dejar los trajes ¿se imaginan un Templo del Consumismo atendido por voluminosas aves humanas?
En las vías terrestres podrán circular cómodamente tranvías o buses conectados a cables aéreos con electricidad. No habrá congestiones. No se autoriza la circulación de vehículos de combustión interna
Estimado lector: Qué estamos impidiendo al agua penetrar al interior de la tierra en zonas tan extensas pavimentadas y techadas, qué estamos enviando el petróleo a la atmósfera para que destruya las capas protectoras y qué estamos alterando la disposición de los pesos que actúan hacia el interior de la tierra esta a la vista de todos y en el interés de nadie. Espero que la inesperada asociación vehículos y humanos volando empiece a despertar interés en el dramático problema que ya está golpeando nuestras puertas.

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